Vale, esto también tenía una introducción diciendo que lo había escrito anoche y eso, pero este puñetero cacharro tiene la puñetera manía que comerse lo que escribo, así que paso de introducciones. Hale, que ya llego tarde a clase.
Ya sé que te prometí que no le iba a dar más vueltas, pero como ya sabes que no lo puedo remediar y me voy a ir a la cama y voy a empezar a rumiar y rumiar... pues por lo menos hago algo productivo.
De verdad, si he hecho o dicho algo que te ha sentado mal, te pido perdón en serio y desde lo más hondo. Si es así, que sepas que no ha sido queriendo y que nunca lo hubiera hecho nada si hubiese pensado que te iba a molestar en lo más mínimo. Ya sabes que yo también soy así, y que una miguita de pan en el bolsillo puede llegar a hacerme mucho daño, y ya sé que es tonto, pero qué le vamos a hacer. Yirko tiene razón, hagámosle caso para una cosa sensata que dice: no es bueno callarse las cosas. Que a lo mejor nos conocemos poco. No importa. Prefiero que me digas qué te molesta desde el principio y no que en tercero acabemos como el rosario de la aurora.
Dicho esto, espero que lo de que mañana sea un día mejor vaya totalmente en serio. Ya lo tuve puesto en el nick, pero te lo digo otra vez. En una de mis pelis favoritas (sí, vale, uno de esos dramones absurdos que te hacen llorar y que, cómo no, sólo podían gustarme a mí) dicen una frase que, por tonta que suene, a veces consuela lo que nada sino un nuevo día puede consolar. "El mañana siempre es nuevo, limpio de errores". A veces, en vez de un consuelo, es una desgracia aún mayor el pensar que todo sigue, que mañana tenemos que levantarnos y continuar como si nada, y que no sirve quedarse en la cama al calor del día anterior... pero yo, que soy una pesimista convencida, tengo la manía de hinchar la vena del optimismo cuando hay alguien peor que yo, así que hoy digo: que venga el mañana.
No se me olvida felicitaros a todos por esas notazas que habéis sacado... que se vea bien grande lo inteligentes que somos. ... Y a seguir demostrándolo, claro. No nos durmamos en los laureles, por favor. Pero, mientras tanto, ¡¡¡¡sed felices!!!!
Y nada, que ya me caigo de sueño y mañana (maldito mañana) tengo clase a las 9, y todavía quiero leer un rato a Delibes y soñar despierta un ratuco, que es uno de mis placeres secretos, una de las cosas que más echo de menos de mi infancia y un hábito que siempre resistiré a olvidar.
Para terminar, solamente diré que, aunque ahora me parezca una entrada tonta y ñoña, la escribí sintiéndome mal de verdad, y que pido perdón aunque no sepa muy bien si he de pedirlo. Yo creo que no importa, a lo mejor es muy tópico, pero para mí ante todo cuenta la intención, y prometo que la mía es honorable. Sólo he querido sentirme mejor escribiendo, por aquello de que me siento en mi elemento, y no pretendo que nadie comente el texto. Dejadlo estar ahí hasta que alguien escriba otra cosa y se borre para siempre de nuestra memoria inmediata.
Eso sí, si alguien quiere que suprima la entrada, que me lo diga. No pasa nada. Lo hago y punto. Pa eso estamos.
Aaaayyy que me duermo, madre. Un besucu muy grande a todos, y un achuchón colectivo para la Comtesse. Mañana hablamos.
Hora: 1.12
jueves, 29 de noviembre de 2007
¿Y si no quiero poner título, qué pasa?
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