Considerando que son las diez de la mañana, mucho, lo que se dice mucho, no me ha pasado, excepto que he tenido dos tentativas de despeñamiento de la cama en mitad de la noche, que algún reloj desaprensivo ha hecho las delicias de mi insomnio y que el mapamundi infantil ilustrado que decora la pared de la habitación de Luis me atrapa por completo. Es divertido ver chinitos, y las cataratas del Niágara, y de todo, y sin moverte del suelo. Yo tenía un libro enorme de pequeña (que me regaló mi tío el de la Marina, que es el mítico tío que te hace regalos porque todavía no tiene hijos) que te contaba historias de todo el mundo, y que tenía un mapamundi desplagable precioso, que yo me pasaba horas y horas mirando y desgastando con la imaginación. Luego tuve el libro del ratón Houdini, que se escapaba siempre y aparecía en la otra punta del barrio. Y Napoleón, un gato naranja que vivía en una tienda de juguetes. O Villa Baza, donde todos vivían en una calabaza, o la familia Patátez, que eran tropecientos críos, un perro, un gato y una madre desesperada (siempre me pregunté dónde estaría ese padre) y que vivían en un zapato enorme que tenía goteras cuando llovía.
No sé por qué me ha dado ahora por recordar libros de infancia, creo que la culpa la tiene el póster de Luis. Bueno, pues aparte de toda esta verborrea, tampoco pasó mucho... me fui a la cama con mi vaso de leche fría y mi libro, y casi me quedo sopa con el libro encima. Es que justo va y se pone interesante cuando ya empiezo a dormirme, yo creo que esto debe estar contemplado también en alguna ley de Murphy, porque nunca falla. La cosa es que le estaba contando el Custardoy este al protagonista (al que no aguanto, por cierto) que la primera mujer de su padre fue su tía, muerta de enfermedad según le habían contado, se había pegado un tiro nada más casarse con él. A eso lo llamo yo puntería, o visión de futuro. A lo mejor es que el padre era un cansino, vaya usted a saber. Lo que está claro es que al prota no le soporta ni su mujer, pedazo tío cansino. O bueno, a lo mejor es todo producto de esa curiosa aversión que siento siempre por los protagonistas. Siempre me pasa, odio al personaje central y me gusta algún secundario. Yo es que la gente que va por ahí de protagonista es que no la trago. A Harry Potter, por ejemplo, le tengo una inquina secreta y persistente desde el primer libro. Sin embargo, Ron es el personaje de mis amores, porque es real, es creíble, se enfada, tiene sentimientos encontrados, a veces tiene miedo, duda de sí mismo y siempre tiene que achuchar con ser el segundo en todo. Con lo que jode eso, madre mía, yo que siempre quedaba segunda en velocidad, segunda en reflejos, segunda en...arrrghhhh.
Bueno, me despido por hoy, quizá a la noche vuelva, no sé. Mañana a lo mejor paso la noche en la residencia de una amiga (esa que me iba a meter debajo de la cama, sí), no sé si tendré tiempo de escribir. En todo caso, ya sabéis. Achuchones y besotones for everybody.
viernes, 7 de diciembre de 2007
Día 2 (para abreviar y tal)
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1 comentario:
Jo qué bien!!!!!Otra que no aguanta a Harry Potter!!!y yo que me creía sola en un mundo que adora a HP... Yo es que no le aguanto, es que es estúpido...de verdad...Pues eso, que Ron mola, y los Weasley en general...yo es que me parto con ellos, y he de confesar que mis favoritos son los gemelos :)...es que te meas jajaaja tienen todos unas salidas...que bueno . bueno, que eso, disfruta del puente. besucossss y achuchoooneesss
jajaja :D
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