(2ª parte)
Vuelvo a escribir. Ya son las 18.45, acabamos de pasar Reinosa.
Qué espectáculo. El tren en la colina, y un campo de luces que se extiende bajo nuestros pies. Parecen luciérnagas, alfileres en medio de la noche. Porque ya es noche cerrada.
A lo lejos, flashes de neón rojo. Oscuridad y voces.
No sé si habré dormido, a lo sumo he dado dos cabezazos, pero ya tendré tiempo de descansar. Esta noche tampoco he dormido, la situación me ataca.
El revisor aún no ha pasado, me jode pensar que podía haber ido hasta Reinosa por la face. Quizá incluso mucho más allá.
No sé muy bien si os estoy escribiendo esto a vosotros... es más bien una especie de terapia, lo hago ya por inercia. Los sentimientos salen más fácilmente.
¿Os preguntáis qué me pasa por la cabeza? Yo también me lo pregunto.
La verdad es que todo está hecho un batiburrillo. El viernes, la semana en general, las cosas que no tenía que haber dicho, que haber hecho, que haber siquiera permitido que pasaran por mi mente.
Así soy yo. A veces soy, a veces no soy. A veces lloro, río, pienso, me hundo, avanzo, adelanto, retrocedo dos pasos y vuelvo de nuevo al punto de partida. Siempre tímida, de golpe y porrazo me abro. Y a veces me arrepiento de ello. A veces no encuentro la frontera. A veces no sé qué hacer.
A veces tengo miedo de convertirme en otra persona, de cambiar, de ser alguien que no soy, de que la gente me rechace, de no sentirme querida o de no saber querer lo suficiente.
Mi gente ya lo sabe, y vosotros llegaréis a saberlo. Mis pros, mis contras, mis sueños, mis miedos, mis secretos y mis ilusiones. Que a veces me enfado, pero que se me olvida a los cinco minuto y que, hasta ahora, no he sido capaz de guardarle rencor a nadie. Que a veces necesito que alguien me diga que me quiere. Que a veces me gusta estar sola. Que a veces no soporto estar sola. Que la mayoría de las veces estoy de broma, que me gusta reír, y hablar, y gesticular mucho. Que me gusta oír una voz amiga cuando lo más lo necesito.
Que soy capaz de llorar escuchando el rumor de las olas al romper en la playa, o viendo cualquier película, o porque en un momento me siento mal, o porque veo algo idiota que me conmueve.
Que me da miedo la oscuridad. Que a veces me da vergüenza ser como soy. Que me gustan los cuentos y las películas de terror, aunque odie la oscuridad.
Que me gustan los ojos de la gente, los ojos oscuros, castaños y verdadeiros, igual que la canción. Que me gustan los helados, el chocolate, y que hago tortilla de patata cuando me deprimo.
Que me gusta observar a la gente sin decir nada.
Que me gusta viajar, como sea y adonde sea.
Que me gustan los trenes.
Que me encanta leer.
Que me encanta escribir.
El revisor se acerca. Basta de desvaríos por hoy.
domingo, 2 de diciembre de 2007
Reflexiones en un vagón de tren 2
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2 comentarios:
Onde anda lo alemán?
Pon dos palabras
Ni hao y Zai Jian, a lo menos
Ni hao Ñoco le bolo, ni shenti hao ma? Wo shi henhao, ni shuo han yu?
(siento el no poder colocar los acentos correspondients... maldito ordenadr... no no t enfades!! q t necesito ordenador!!)
aora en serio wapa, no t comas la cabeza, las estupideces suceden, es normal, y luego uno se rie d'ella, asiq no lo des mas weltas, ok??
asiq sabes q tenes a tus amigos d P.F.A q taran contigo (sino todos... jeje es broma).
aki toy xa ser tu hombro, ok??
;) bsssssssssssss
don't cry dear.
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