viernes, 21 de diciembre de 2007

Finding Neverland y la vuelta a casa

Quién no ha soñado siendo niño con volar, con no crecer nunca, con un mundo fantástico de piratas, indios y sirenas, en la segunda estrella a la derecha antes del amanecer.
Hoy no he escrito nada durante el viaje, me quedan únicamente treinta minutos desde Torrelavega (donde estamos parados ahora mismo) hasta llegar a Santander… pero aprovecho que aún me queda batería para escribir un ratuco.
Como habréis, supongo, adivinado por el comienzo del post, he venido viendo “Descubriendo Nunca Jamás”, que Fiyero me había prestado hace algún tiempo. Bueno, pues os diré que me ha encantado… vale, sí, aún tengo un nudo en la garganta de emoción. Qué raro en mí.
Aparte de que es preciosa, no sé muy bien qué más decir, Johnny Depp impresionante, no podía ser de otra manera, Kate Winslet también me gustó mucho, y sobre todo las caritas de Peter y George (Niah: Geooooooooooooorge), Peter sobremanera.
En fin, una de esas películas que hacen que vuelvas a creer en las hadas, en la magia y en los sueños. Qué pena crecer, siempre lo he dicho. Hoy al menos me siento un poco Peter Pan después de que me hayan echado doce años en el tren. Cosas que me pasan. A mí por lo menos me consuela el saber que no voy a crecer más, que aunque sea exteriormente siempre seré un poco Peter Pan. Y Campanilla… qué recuerdos. Siempre he defendido a Campanilla frente a Wendy, hay gente que no lo ve así, pero Campanilla ha estado siempre enamorada de Peter, eso sin lugar a dudas, y que venga la puturcia esa y en un plis plas se lo lleve… pues hombre, yo también me pondría celosa, las cosas como son. Jajaja bueno voy a dejar ese tema, que no viene a cuento ahora.
¡Ah! Pues casi no llego al tren… casualidades de la vida, llego a la taquilla y me dice que no puedo pagarlo con tarjeta… y yo corriendo, buscando un puto cajero, y claro, mínimo tardas dos minutos, entre que voy y vuelvo, se forma una cola impresionante… desesperada, corro al andén de siempre, al 4, y el tren está vacío. Ése no puede ser, pregunto, me dicen que por vía 5, y resulta que llega un tren para Salamanca. A todo esto, ya son casi y cuarto, quiero tirarme a las vías, vuelvo a la taquilla y no hay nadie, pregunto si el tren para Santander ha salido ya, y me dice que no, que tengo suerte y se va a retrasar diez minutos. Cojo el billete, miro las pantallas de salidas, no se sabe por qué vía entra, son ya las 18.19, el tren sale a y 20 y no sé por qué coño vía. De repente aparece, andén 3, corro escaleras abajo y llego: no hay tren. Un anuncio: el tren con destino Santander, situado en vía 3, va a efectuar su salida. La gente se asusta, nos miramos, ¿¿dónde cojones está el tren?? Nadie sabe nada, en teoría salió de allá a las dos y media, llegará con retraso… la gente se queja, una señora (la de las batallitas de turno, que está sentada a mi izquierda, justo enfrente) me echa para atrás no sea que el tren me coja, parece mi madre… resoplamos, el puto tren no está y siguen repitiendo por megafonía que el tren va a salir ya. De repente lo vemos aparecer, la gente baja y subimos. Por fin. Salimos a las seis y media, llevamos un cuarto de hora de retraso y la gente, para variar, tiene que quejarse, es el deporte nacional y patrio por excelencia.
Llevo enfrente a dos gitanas, madre e hija, que se bajan en Osorno. Me dicen que cómo es que me dejan viajar sola, me parto de risa y me miran. Tengo dieciocho años, y ahora es cuando me dicen que parecía que tenía doce. Ahora es cuando la risa se me corta en seco y ya no sé si reír o llorar, les digo que si de verdad lo han pensado y la señora de las batallitas de al lado corrobora su parecer. Pongo los ojos en blanco y sonrío en plan cortés. Ésta de hoy no habla tanto como la otra: acaba de preguntarme por enésima vez que cuándo llegaremos. Son las diez y veinte, faltarán diez minutos, contando con el retraso. La señora vive en Santander, es de Quintanilla de Onésimo, tiene un sobrino que vive en Valladolid, sus hijos en Santander, no para de cambiar de asiento y hace crucigramas. Me divierte escribir sobre la gente cuando no sabe que lo estoy haciendo… es una sensación como de cosquillas. No sé, es extraño. Ya vamos por Maliaño, ya queda poco. La gente se prepara. Os dejo, de momento. A la noche nos vemos… aunque tenga que salir al balcón para pillar señal, vamos. Sisaré un poco al gobierno, que pa’ eso están. Hale. Hasta ahora mismuuu!!

4 comentarios:

Tesse dijo...

Fíjate que te dije que te dieras prisa en ir a la estación...jajaja
Que fuerte lo de las gitanas XD que bueno. lo siento, pero es que es gracioso. jaja. a mi cuando era pequeña, me decían todo lo contrario...no sé qué es peor...que te echen años de más, o de menos...jajaja, pero vamos, a mí me da igual. jajaja.
pues nada, eso, voy a leer tu otra entrada. jaja. besines

Niah dijo...

aki toy xo no voy a gritar como mas puesto en tu entrada gritando.... jeje casi m meo leyendolo....

tus viajes wapa son odiseas, no?? xo d las graciosas, no?? jaja

dios la paciencia q t a de dar....
nada sigue cn tus paranoias wapa

;) bsssssssssss

Zanahoria dijo...

Jaja, no eras tú gritando, era yo a ti!! jajaja un beso!

Niah dijo...

ok ok no gritems nadie a nadie... q luego la garganta nos tira y jode un wevo....

;) bssssss wapa!!